El fabricante coreano presentó, en el Salón del Automóvil de Frankfurt, su nueva fórmula: un auto súper radical que llegará a las calles a finales de este año y cuya producción se limitará a solamente 600 unidades para todo el mundo.


Esta versión fue trabajada minuciosamente para ofrecer unas mejores prestaciones, y eso incluyó una rebaja de al menos 50 kilos en el peso total del compacto, gracias a que muchas piezas de la carrocería fueron construidas en fibra de carbono.

El resistente y liviano material fue la materia prima para elaborar piezas como el respaldo de los asientos deportivos Sabelt, el capó (más de siete kilos menos que el de serie) y el difusor posterior. En el apartado mecánico se destacan elementos como las manguetas de dirección, las cuales fueron talladas en aluminio.


Unos espectaculares rines OZ Racing de 19 pulgadas de diámetro, fabricados en un compuesto de plástico fortalecido con fibra de carbono, aportaron al conjunto un importante descuento de peso, exactamente de 22 kilogramos, con respecto al modelo convencional.

Como complemento a su pinta competidora, el auto fue rebajado seis milímetros en altura, mientras que su centro de gravedad se redujo en casi nueve milímetros.


Su apartado mecánico está representado por un motor a gasolina, de 2.0 litros de cilindrada, el cual, además de ofrecer un sonido único, desarrolla una potencia de 275 caballos y un torque máximo de 378 Nm.